Siempre me ha gustado que mis colaboraciones regulares en el periódico tengan un hilo común, un motivo, un título. Eso me ayuda a encontrar una dirección y a dar coherencia a lo que de otra manera podría ser una mera sucesión. Dos de mis primeros libros nacieron así: “El Robinson urbano” de mis colaboraciones semanales en Diario de Granada, en los primeros ochenta, y “Diario del Nautilus” con las que escribí en Ideal. “Ida y vuelta” empezó en El País en 2007, y se mantuvo sin más interrupciones que los descansos de agosto hasta 2022. La inspiración del título viene de los cantes flamencos que se llaman así, y que están influidos por formas musicales del Caribe, un mestizaje cultural poderoso. Pero también estaba refiriéndome a la vida que llevaba yo entonces, yendo y viniendo entre Nueva York y Madrid, y queriendo reflejar los dos mundos a través de una crónica cultural en la que me gustaba abarcar los aspectos más variados de las artes, y a través de ellas de la vida misma.
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El 25 de abril es una de las fechas más luminosas del calendario. Suena a plena primavera, a liberación festiva, a promesa. Juan Benet decía que en la pesadumbre de […]
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Vidas ocultas
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Hermano escarabajo
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El libro sin sosiego
Entre los variados aniversarios de este 2022 hay uno que no debería pasar inadvertido. Hace cuarenta años se publicó en Lisboa la primera edición del Livro do Desassossego, uno de los muchos […]
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La culpa de todo
Una vez más, un ciclista ha muerto en Madrid atropellado por un conductor que se dio a la fuga. Hay conductores que matan a ciclistas o a caminantes y se dan […]