Los años te enseñan humildad: de manera reiterada compruebas que lo impensable se vuelve real de la noche a la mañana; que lo que parecía firme y duradero se derrumba con un empujón mínimo, o ni siquiera eso; que la mayor parte de las predicciones de los expertos son tan fiables como las del horóscopo.
Y sin embargo hay cosas que siguen sorprendiéndote, inverosimilitudes reales que te cuesta aceptar. Yo nunca imaginé que acabaría enterándome de noticias como ésta leyendo El País, que es por cierto el periódico en el que escribo: