Notas de Oporto

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Al día siguiente de llegar a Oporto ya parece que uno lleva más tiempo en la ciudad. Sales del hotel en la mañana de llovizna y bajas la calle de Ceuta hasta la esquina del café Guarany, y cuando eliges para desayunar una mesa junto a la cristalera que da a la avenida de los Aliados es como si estuvieras cumpliendo una querida costumbre, aunque ésta sea solo la segunda vez. El café Guarany se inauguró a principios de los años treinta y hace algo más de una década fue restaurado.

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