In the Dark

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Fuimos a tomar algo en el lado este, en uno de esos anocheceres de esta época del año que tienen la luz exacta que describe Joan Didion en Blue Nights, ese azul muy intenso que dura y dura incluso cuando ya es de noche en la calle y están encendidas las ventanas de los edificios que dan al parque. Anduvimos por donde vive ella, la parte alta de Madison, con sus bistrós pequeños de toldos rojos en las calles laterales arboladas, un espejismo de París imaginado en Nueva York. Otro mundo, por comparación con nuestro barrio más bien desastrado, como si en la anchura del parque cupiera la distancia entre dos países.

Salimos de cenar y ya era de noche. Decidimos volver a casa cruzando el parque. Había corredores solitarios, ciclistas con pilotos rojos traseros y luces delanteras intermitentes. Como a esa hora ya se pueden soltar los perros algunos llevaban también una pequeña luz indicadora, por si se extravían en la oscuridad. Había parejas charlando en los bancos, en voz baja, a la luz de las farolas. En algunos trechos no había nadie. Oíamos nuestros pasos sobre la grava y el rumor de la brisa en los árboles enormes como una gran respiración terrenal. Olía a tierra y a hierba húmeda. Los sonidos de la ciudad se amortiguaban, salvo los más agudos: las sirenas que se oyen siempre de fondo en Nueva York. Los aviones cruzaban muy alto en diagonal sobre el cielo del parque. Por encima de los árboles brillan como luces de faros las ventanas de los edificios muy altos. Hace treinta años pasar a estas horas por aquí habría sido casi un suicidio. En cuanto caía la noche Central Park era una jungla de asesinatos y atracos. Quíen habría imaginado entonces noches futuras como ésta.

Me acuerdo, inevitablemente, de una de las obras musicales que más me gustan, Central Park in the Dark, de Charles Ives, que para mí tiene algo de héroe, por la orginalidad de su música, por la soledad obstinada en que la creó. El parque de hace un siglo de Ives, con su misterio de bosque y su cercanía de tráfico y de pulsaciones de jazz, se parece mucho al de esta noche.

Cerca del regreso a España, siento una gran necesidad de calma, de retiro  y silencio.