El siglo XX parece que no se acaba nunca; el siglo breve que el historiador Eric Hobsbawm dijo que empezaba en 1914 y llegaba a su fin en 1989, abarcando la duración normal de muchas biografías. Ninguna de las monstruosidades que vinieron después habría sido posible sin la guerra insensata que una banda de políticos, militares y comerciantes diversos de la palabrería patriótica y del armamento, armaron en el verano de 1914, todos ellos convencidos de que duraría como máximo dos meses y traería consigo grandes beneficios. Y en 1989 se desmoronó como una fortaleza de cartón en un decorado lo que parecía tan inamovible que todo el mundo le atribuía una capacidad geológica de perduración.
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