Ayer leíamos en clase La vuelta de tuerca. No sé cuántas veces habré leído esa novela tan breve, y cada vez que vuelvo a ella descubro cosas nuevas, indicios valiosos que no recordaba. Literatura es algo que ha de ser leído al menos dos veces, decía Cyril Connolly. Literature is news that stays news, decía Ezra Pound: noticias que siguen siendo noticias. Literatura es que los libros que mejor conocemos estén siempre llenos de sorpresas. Ha llegado el otoño a la casa en la que era principio de verano cuando empezó la historia y Henry James dice que el viento arrastra las hojas y que el lugar parece un teatro cuando ha terminado la función, y las hojas de los programas quedan por el suelo. Al estremecimiento puro del miedo -esa cara que mira desde fuera, a la caída de la tarde, pegada al cristal- se une la exactitud de la metáfora.
Ahora, en el aeropuerto de Newark, acaban de llamar al embarque. Empieza de verdad el viaje. Conforta pensar que es eso a lo que me dedico, a la literatura.
