El vano ayer

Publicado el

1 Cada día se queda más lejos el pasado reciente. Recordamos con dificultad porque el ahora es otro tiempo y es otro mundo. Ahora parece mentira que hace solo dos veranos estábamos en Santander y los periódicos locales anunciaban triunfalmente en primera página el gran éxito del presidente regional: le había arrancado al Gobierno el compromiso de que se construiría un tren de alta velocidad a Santander. En esa época, ya en plena crisis, la irrealidad continuaba. En esos días discutí con un conocido mío progresista que declaraba su admiración por aquel demagogo de cuarta fila: “Será como sea, pero mira lo que ha conseguido”. Estábamos ya casi en quiebra pero nadie se preguntaba aún de dónde salía el dinero ni cuánto costaban las cosas ni qué utilidad tenían más allá del espectáculo.

2 “Mirar lo que se tiene delante de los ojos requiere un constante esfuerzo”, dice George Orwell. Es una máxima que sirve por igual al que escribe, al que pinta, al que toma fotografías o hace películas; mirar con atención para contar las cosas. Pero no sirve menos para el científico, el periodista o el ciudadano. Otro rasgo de estos años ha sido no tanto el callar lo que se veía como el no mirar lo que estaba delante de los ojos. Se miraban otras cosas, sobre todo el espectáculo de los fabricantes profesionales de espejismos. Ojos cerrados y grandes fastos visuales. Un guirigay incesante de opiniones políticas y eslóganes arrojadizos encubriendo el silencio sobre lo que ocurría de verdad.

[…]

Seguir leyendo en EL PAÍS (21 / 1 / 2012)