La poesía es un telescopio para acercar lo que está lejísimos, un periscopio invertido para descender a lo que está oculto, un microscopio para distinguir lo invisible a simple vista, una lente de precisión para hacer nítido lo que era vago y confuso. He encontrado este haiku de Tomas Tranströmmer ( la traduccón será forzosamente incierta, porque viene ya de otra traducción al inglés):
Las hojas oscurecidas
del otoño son tan valiosas
como los manuscritos del Mar Muerto.
Y después de leerlo varias veces me parece que estoy viendo por primera vez de verdad el océano de hojas caídas que llena las aceras y los caminos de los parques.