Plan de lectura

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Hay que ser serios. He decidido que a partir de ahora voy a someterme a un riguroso plan de lecturas: las que vaya dictando a cada momento el azar. El otro día fui a la biblioteca pública con el propósito firme de devolver unos libros y trabajar un rato sin curiosear por las estanterías, porque bastantes lecturas, algunas obligatorias, tengo ya pendientes. El resultado es que salí de allí con dos libros cuya existencia desconocía, pero los dos apasionantes: Clawing at the Limits of Cool, de Farah Jasmine Griffin y Salim Washington, una historia de la colaboración entre Miles Davis y John Coltrane, y The Nature of New York, de David Stradling,un estudio del modo en que la presencia humana ha alterado el medio ambiente y ha sido modelada por él desde los días en que los indios Lenape empezaron a cazar castores en los bosques de la isla para vender sus pieles  a los holandeses -a finales del siglo XVII la población de castores ya estaba extinguida- hasta las consecuencias ambientales de la destrucción de las torres gemelas. Poco después encontré esos apuntes de Benjamin en un puesto de la calle, muy útiles para reflexionar sobre la escritura instantánea y fragmentaria. Y esta mañana, al bajar al sótano donde están las lavadoras para hacer la colada, de nuevo el azar ha actuado como sabio bibliotecario. En el sótano de las lavadoras y las secadoras hay un par de estanterías donde los vecinos van dejando libros que ya han leido o que no quieren conservar. Lo mismo se encuentra un tratado sobre la lactancia que una edición muy usada de los diálogos de Platón o que una novela de John Grisham. Yo he encontrado Development as Freedom, de Amartya Sen, y  la primera frase ya me ha conquistado: El desarrollo puede ser entendido como un proceso de expasión de las libertades reales que disfruta la gente. Centrarse en las libertades humanas contrasta con concepciones más estrechas del desarrollo, tal como la que identifica el  desarrollo con el aumento del producto nacional bruto, o con la subida de las rentas personales, o con la indistrialización, o con el avance tecnológico, o con la modernización social… A pesar de un aumento sin precedentes de la opulencia, el mundo contemporáneo niega las libertades elementales a una cantidad inmensa de los seres humanos, tal vez la mayor parte de ellos.

Sin olvidar que el costo total de estas lecturas azarosas se reduce a los siete dólares que pagué por el libro de Benjamin…