Saul Bellow, en Humboldt’s Gift, que es una novela traspasada por la intuición de la fugacidad del tiempo, por la añoranza de los muertos queridos, de los que este narrador, Charlie Citrine, que se acerca a los sesenta años, no quiere aceptar que se haya despedido para siempre: “But the dead are alive in us if we choose to keep them alive”: pero los muertos viven en nosotros si nosotros elegimos mantenerlos vivos.
Como hacía algo de frío y estaba lloviznando, me he puesto por primera vez este año un sombrero fedora de alas chatas y caídas que perteneció a mi padre, y me he acordado de esas palabras de Bellow. Mi padre, que era tan feliz no saliendo de Úbeda, no sabía que llevaba en invierno un sombrero completamente neoyorquino.