Llamo por teléfono a Miguel para avisarle de que por ningún motivo se pierda la exposición de Buckminster Fuller en Ivory Press y lo encuentro todavía agitado por una discusión que tuvo hace unas horas con un compañero de trabajo. El compañero estaba escuchando My Favorite Things en una de las versiones de John Coltrane y Miguel le recomendó que escuchara la de Chet Baker. “Los blancos no saben tocar jazz”, dijo el compañero, moviendo la cabeza con suficiencia, “el jazz de verdad sólo lo tocan los negros”. Y se quedó tan tranquilo.
Miguel es tan joven que todavía lo saca de quicio el aplomo con el que muchas personas repiten las vulgaridades más sobadas como si fueran dictámenes brillantes que se les acaban de ocurrir. “Decir que los blancos o los negros sirven para algo por el simpe hecho de serlo es racismo”, dijo, y notó que iba calentándose: “Es tan racista como eso de que los negros llevan el ritmo en la sangre”. “Ningún blanco ha hecho ninguna aportación innovadora al jazz”, dijo el otro, y se quedó tan tranquilo. A Miguel esa seguridad lo ponía más nervioso. Los nombres se le confundían en la cabeza o se le olvidaban. ¿Y Chet Baker, y Gerry Mulligan, y Gene Krupa, y Art Pepper, y Bill Evans? Por teléfono prolongamos la lista: ¿Y Bix Biederbecke, y Lennie Tristano, y Gil Evans? ¿Y Stormy Weather, que suena como una canción tradicional, y fue compuesta por Harold Arlen, que era hijo de un cantor de sinagoga? ¿Y Brad Mehldau? ¿Y los hermanos Gershwin?
Colgamos porque cada uno estamos haciendo algo y al poco rato nos llamamos de nuevo, con más nombres: ¿Y el enorme Jack Teagarden, que fue como un hermano durante tantos años para Louis Armstrong, y tocaba el trombón y cantaba con un desgarro entre de tristeza y jovialidad como de Bessie Smith? Pienso en el prejuicio que han sufrido en muchos ambientes dos cantaores tan grandes como Miguel Poveda y Carmen Linares, porque son payos. “¿Para eso somos tan estupendos? “, dice Miguel, en el móvil, como si tuviera todavía delante a su compañero, que debe sentirse tan majo por decir que los negros son superiores a los blancos, “¿Para defender que hay razas, y que el talento o las capacidades de la gente dependen de ellas?”
Antes de despedirnos le ofrezco otro argumento, para su próxima discusión:¿ Le gustará tanto a su compañero My Favorite Things si se entera que la compusieron dos judíos , Richard Rodgers y Oscar Hammertein, y si cae en la cuenta de que es la más blanca de todas las músicas, un vals, que viene de las más blanca de las comedias musicales, The Sound of Music?