La exploración de la mirada

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En la misma ciudad, a una distancia de unos pocos minutos, dos hombres que se cruzarían a diario por la calle viven entregados a dos búsquedas distintas, recluidos durante muchas horas en habitaciones con los postigos unas veces entornados y otras cerrados por completo, de modo que solo las alumbra un hilo de luz, o de noche una candela encendida. Los dos nacieron el mismo año, con una diferencia de días, y fueron bautizados en la misma iglesia cercana, en esa ciudad de Delft que tenía entonces alrededor de 20.000 habitantes: una ciudad de provincia tranquila y laboriosa, en la gran época de la prosperidad holandesa del siglo XVII, cuando se estaban inventando y poniendo en práctica algunos de los valores supremos de la vida moderna, la tolerancia religiosa, el pluralismo político, el pragmatismo, la disposición para el acuerdo, la higiene pública, el examen atento del mundo natural.

 

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The Geographer, vermeer