El infame deseado

Publicado el

Hay libros de historia que dan miedo. Uno los lee atrapado en el suspenso de una desgracia que se acerca con la fatalidad inapelable de lo que ya ha sucedido; y también con la angustia sobre un desenlace que se sabe de antemano. Leemos las crónicas de la República de Weimar asustados por el peligro de que Hitler sea nombrado canciller a finales de 1933. Somos inúti­les profetas que no pueden avisarle a la familia de Anna Frank que han de cambiar de escondite, y preferimos que Antonio Machado no sepa en 1937, en su refugio soleado en la huerta de Valencia, el destino que le aguarda apenas dos años después. La historia es una película trágica que ya hemos visto varias veces, pero que nunca deja de oprimirnos el pecho y acelerarnos el pulso cuando se aproxima el desenlace.

[…]

Seguir leyendo en EL PAIS (28/04/2018)