En una casa de John Ashbery

Publicado el

Leí por primera vez a John Ashbery una noche que me encontraba en una gran casa de invitados en la que yo era el único huésped, en un claro en un bosque, en Bard College, al norte del Estado de Nueva York. Durante horas había rugido una tormenta. Poco a poco el viento se calmó y cesó la lluvia, y dejó de oírse el fragor de los árboles, altas coníferas oscuras. El cielo estaba despejado y tan reluciente de constelaciones como los cielos de las noches limpias de invierno de la niñez. Inquieto en la habitación, sin poder dormirme, sin una lectura que me apaciguara, era consciente de la amplitud desierta de la casa donde me encontraba. Era una de esas veces en las que uno llega a un sitio y tiene una profunda sensación de intensidad espacial, una conciencia muy aguda de las posibilidades contenidas en ese lugar, una punzada en la imaginación. Puede que no suceda nada memorable, pero está muy claro que podría suceder. Lugares así aparecen luego obstinadamente en los sueños y en las novelas.

[…]

Seguir leyendo en EL PAIS (16/09/2016)