Amigos míos, los que escribís aquí y los que leeis sin decir nada, los habituales y los episódicos, un ruego: nada me gusta más que los sistemas que se autorregulan, desde un cuerpo de mamífero a una cola en la carnicería en la que la gente se da la vez. En no sé cuántos meses ni Gotardo ni yo hemos tenido que borrar ningún comentario de los que aparecen en esta conversación. Pido por favor que el tono se mantenga calmado, sin descalificaciones ni insultos, ni bromas sobre las neuronas de la gente. Aquí todo argumento tiene sitio y todo argumento es discutible, salvo la apología del crimen o del totalitarismo, o los insultos. Un argumento sólido puede perder la razón por el tono agresivo o voluntariamente ofensivo en el que se expresa. ¿Que soy blando o buenista? Muy bien. No soy un revolucionario, ni un radical: soy un socialdemócrata escrupulosamente cercano a la no violencia. Mis héroes son Martin Luther King, Rosa Parks, Nelson Mandela, Sajarov, Primo Levi. Si alguien piensa que ser no violento es ser blando o cobarde que se fije en las vidas de esas personas, o que vea la película “De dioses y hombres”. Lo que yo no hago en mi propia casa prefiero que nadie lo haga. Hay miles de tertulias, blogs, columnas de periódicos, en los que se puede insultar sin límite o descalificar o ridiculizar a quien piensa de otro modo. No hace falta acudir aquí para dedicarse a esa tarea tristemente española. Yo a veces no tengo tiempo de visitar la página sino al final del día. Me hiere encontrar expresiones que yo nunca usaría. Así que, por favor, a quien tenga la tentación de agredir, un respeto. Este espacio lo abrí yo y lo pago yo y lo diseñó y lo cuida Gotardo pero se ha ido haciendo con la lectura y con las intervenciones de la inmensa mayoría de quien eligen visitarlo.
Un saludo a todos