Ancianos despidiéndose

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Hay una parte de desvergüenza y de temeridad en la maestría sin apariencia de esfuerzo del artista muy viejo, o el que no siéndolo todavía mira de cerca a la muerte. John Huston dirigió The Dead en una silla de ruedas, respirando por una mascarilla el oxígeno que apenas llegaba a sus pulmones enfermos. The Dead es una novela corta que trata del paso del tiempo y del modo en que se borra el recuerdo de los que se llevó una muerte prematura, pero fue escrita, asombrosamente, por un joven de veinticinco años. James Joyce la escribió con la lucidez adivinatoria que tiene a veces la juventud, como la que tuvo Scott Fitzgerald para escribir The Great Gatsby apenas a los 28. Estremece la sabiduría en alguien tan joven, pero más aún la inventiva fervorosa y la entrega apasionada en un viejo; y las dos, cuando suceden, muestran algo que de otro modo no se habría podido descubrir, un hallazgo que no es del todo de este mundo, porque traspasa y parece desmentir la inexperiencia del que todavía ha vivido apenas, la fragilidad y el cansancio del anciano.

[…]

Seguir leyendo en EL PAÍS (06/06/2015)