Dicen que son patriotas y están dispuestos a cambiar las leyes soberanas del estado a la medida y según el capricho de un empresario americano de casinos y prostíbulos. Dicen que son liberales y no tienen escrúpulos en ofrecerle todas las subvenciones y todas las ventajas fiscales para que instale en nuestro territorio sus negocios inmundos. Dicen defender la excelencia y cortan de un tajo los presupuestos de educación y sanidad. La patriota española Esperanza Aguirre y el soberanista catalán Artur Mas coinciden en el entusiasmo por favorecer el juego y la prostitución en sus respectivos territorios. ¿Ese es el modelo productivo con el que esperan que salgamos de la crisis? Los ve uno sonreir junto a los promotores de esa vergüenza y le dan arcadas, aunque comprende que si sonríen tanto es porque se encuentran en la compañía que les corresponde. En el cine hay todo un género dedicado a los que son como ellos.
