Lluvia de fondo

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Oía en sueños la lluvia y ha seguido lloviendo de una manera obstinada y tranquila durante todo el día. Después de tantos días de claridad en esta primavera insólita la lluvia ha impuesto un cambio de ritmo, un volverse uno hacia dentro, hacia la casa ocupada por una limpia claridad gris que acentúa la quietud del domingo. Casi es un alivio la reducción de expectativas: no habrá paseos en bicicleta, ni salidas a curiosear por mercadillos al aire libre, ni a tomar unos huevos benedict y un bloody mary. No hay disculpa para retrasar la colada, y el periódico parece que se lee mejor que nunca junto a la ventana con un fondo de lluvia. Un artículo excelente de Santos Juliá sobre el rey en El País. En el New York Times una historia tristísima sobre un niño que desapareció sin rastro hace treinta y tres años, y al que la policía vuelve a buscar -a buscar sus posibles restos- en un sótano del Soho.

En días así gusta cocinar comidas lentas. Unas judías pintas italianas que se hacen muy despacio, el caldo espesándose poco a poco mientras uno atiende a otras tareas caseras, lee el periódico o toma apuntes para la clase de mañana. La prisa y la incertidumbre de los días de la semana parece que quedan más en suspenso cuando llueve en domingo. Mañana habrá que asomarse de nuevo con miedo  a las noticias del presente que no deja de volverse cada vez más sombrío. La situación de ahora nadie la vaticinaba hace solo unos años. Nadie sabe lo que pasará mañana, y menos que nadie esos expertos que  fingen o creen dirigir el mundo.

Newsboy, Iowa_city (A. Rothstein, 1940)
Newsboy, Iowa_city (A. Rothstein, 1940)