Genealogía

Publicado el

Iba distraído en un taxi y algo que sonaba a poco volumen en la radio despertó mi atención, y una emoción inmediata de reconocimiento. Estaba seguro, pero para confirmarlo le pedí al taxista que subiera el volumen: era Eric Burdon, cantando con los Animals una canción que yo descubrí en su voz sobrecogedora, St. James Infirmary. Yo no sabía entonces lo antigua que era. Los Animals me gustaban casi tanto como los Beatles y los Doors. Por entonces había escuchado otra canción en la voz de Janis Joplin, Summertime. También tardé años en saber que era de George y Ira Gershwin, en escucharla al principio de Porgy and Bess y en las versiones innumerables que ha prodigado el jazz. Uno se iba educando el oído como podía, a tientas, buscando en la radio, a merced de los discos que le prestaban los amigos, de las máquinas de los bares. Mi amigo Antonio Madrid y yo, a los catorce años, íbamos de ver en cuando a visitar a una tía suya, que se alegraba y se sorprendía de ese detalle de su sobrino. En realidad íbamos allí porque uno de los discos que había reunido distraídamente aquella familia era el single de Get Back. La cara b no se quedaba atrás: Don’t Let Me Down.

Al volver a casa busqué el St. James Infirmary que más me gusta de todos: el de los Hot Seven de Louis Armstrong, grabado en 1928. Tiene una solemnidad funeraria que está entre Nueva Orleans y Jorge Manrique. No me canso de escucharla.