Paul Strand en su siglo

Publicado el

La vida de Paul Strand se extiende entre el Nueva York de finales del siglo XIX y un pueblo francés de los años setenta del XX; y entre esa era en que la fotografía aún aspiraba a parecerse a la pintura y la de los penúltimos esplendores del fotoperiodismo, hacia el final de la guerra de Vietnam, cuando la televisión estaba acabando con los grandes semanarios ilustrados. En términos estéticos, su formación abarca también inclinaciones divergentes: Paul Strand fue alumno de Lewis Hine y de Alfred Stieglitz, y como tantos otros artistas jóvenes de su generación en Nueva York recibió el impacto de la exposición de arte contemporáneo europeo de 1913. El sentido contemplativo de Stieglitz le atrajo tanto como la voluntad testimonial de Hine. El espectáculo cotidiano de la ciudad redoblaba para él su fascinación puramente plástica cuando lo miraba a través de los experimentos visuales de la pintura cubista. Quería fotografiar el tráfico y el movimiento de la gente por la calle sorprendiendo composiciones rigurosas en el puro flujo del azar: siluetas humanas en el desfile laboral de la primera hora de la mañana, por una acera de Wall Street, empequeñecidas por la arquitectura ciclópea de un banco; automóviles, coches de caballos, caminantes apresurados en la esquina de la Quinta Avenida y la calle 42.

[…]

Seguir leyendo en EL PAÍS (27/06/2015)